Conocer y divulgar el patrimonio sevillano enseñando al público esta maravillosa capilla de la Orden Tercera Franciscana del antiguo convento de San Pedro de Alcántara. Todos los Sábados de 10-13h visitas a la capilla y a la iglesia adjunta. A las 12:30h hay misa. Dirección: Calle Cervantes, Sevilla. Teléfono: 649512067 (Juan)Correo: capillacervantes@gmail.com @OrdenTercera
lunes, 29 de septiembre de 2014
Una Iglesia que pinta
Se puede leer en RD, en un comentario anónimo a la dimisión del ministro de Justicia D. Alberto Ruiz-Gallardón: «A partir de este momento la Iglesia ya no pinta nada en la sociedad española.» Entiéndase que en esa sociedad la Iglesia ha dejado de "tener importancia o significación".
Si con ello se quiere decir que la Iglesia ha dejado de ser escuchada en las sedes del poder político, no deja de ser una magnífica noticia, pues indica que se han restablecido las debidas distancias entre el evangelio y el poder, distancias que nunca debieron ser acortadas, pues no hay manera de servir al mismo tiempo a esos dos señores.
Que la Iglesia haya dejado de tener poder, entiéndase dominio sobre la sociedad, es una noticia que pone fin a un escándalo, pues el único poder que a la Iglesia le es consonante es el de "expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia".
Ahora, si lo que el escriba anónimo quiso decir es que la Iglesia ha dejado de tener su lugar en la sociedad, está muy equivocado. Siempre estará ahí, pequeña y crucificada, profética y bienaventurada; siempre la encontrarán acogedora los pobres, liberadora los esclavizados, rica de perdón los pecadores. Siempre estará ahí, ella sola, también para las mujeres abandonadas por todos a la tristeza infinita del aborto.
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viernes, 26 de septiembre de 2014
Estar en la fila buena
Recuerda las palabras de tu oración: “El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes”.
Mientras las pronunciabas, te situabas discretamente en la fila de los pecadores y pedías, más discretamente aún, ser contado entre los humildes.
Después escuchaste las palabras de Jesús: “Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios”.
Mientras las escuchabas, pensaste: Está hablando de pecadores, está hablando de los humildes, está hablando de ese hijo que respondió a su padre: “no quiero ir a trabajar en la viña”, pero que después, arrepentido, fue.
Y la esperanza llenó de luz tu corazón al constatar que estabas en la fila buena, en esa que avanza más rápido que las otras hacia las puertas del Reino. ¡El corazón te dijo que Jesús estaba hablando de ti!
Estabas en la fila buena, en la de los humildes, en esa que el apóstol te señala, cuando dice: “Dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás… Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús”. ¡La voz entrañable de la fe te decía que la fila buena era la que iba tras los pasos de Cristo Jesús! “Él, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos”.
Ahora ya sabes qué significa eso de “hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. El padre te invita a recorrer con el más amado el camino que, bajando, lleva hasta la vida misma de Dios.
Feliz comunión con Cristo.
Mientras las pronunciabas, te situabas discretamente en la fila de los pecadores y pedías, más discretamente aún, ser contado entre los humildes.
Después escuchaste las palabras de Jesús: “Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios”.
Mientras las escuchabas, pensaste: Está hablando de pecadores, está hablando de los humildes, está hablando de ese hijo que respondió a su padre: “no quiero ir a trabajar en la viña”, pero que después, arrepentido, fue.
Y la esperanza llenó de luz tu corazón al constatar que estabas en la fila buena, en esa que avanza más rápido que las otras hacia las puertas del Reino. ¡El corazón te dijo que Jesús estaba hablando de ti!
Estabas en la fila buena, en la de los humildes, en esa que el apóstol te señala, cuando dice: “Dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás… Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús”. ¡La voz entrañable de la fe te decía que la fila buena era la que iba tras los pasos de Cristo Jesús! “Él, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos”.
Ahora ya sabes qué significa eso de “hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. El padre te invita a recorrer con el más amado el camino que, bajando, lleva hasta la vida misma de Dios.
Feliz comunión con Cristo.
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lunes, 22 de septiembre de 2014
Dios en la humildad de un adverbio
Cada domingo, la comunidad escucha la palabra que se
proclama y participa en el misterio que se celebra; la palabra anuncia lo que
en el sacramento se realiza. Escuchamos lo que Dios nos dice, de modo que
podamos gustar lo que Dios hace en nuestro favor.
Pudiera parecer, sin embargo, que, en esta celebración,
los creyentes, además de ser quienes escuchan la palabra, han de ser también
quienes se apresuren a cumplir el mandato recibido: “Buscad al Señor…
invocadlo… Que el malvado abandone su camino y el criminal sus planes; que
regrese al Señor”.
¿De quién se preocupa el profeta? No de Dios, sino del
malvado y del criminal. ¿Por qué les dice: «buscad, invocadlo, regresad»?
Porque es Dios quien los está buscando, es Dios quien los llama, es Dios quien
suplica. ¿Para qué los busca? No pienses que busca restablecer el orden
violentado, o afear al criminal su conducta, o humillar al malvado ante la
asamblea de los santos; Dios busca a quien salvar, Dios busca al hombre para ofrecerle
piedad y perdón, Dios busca al pecador para que viva.
Que es el Señor quien anda atareado en la búsqueda del
hombre nos lo ha dicho también el salmista, y unos a otros nos lo fuimos
repitiendo como estribillo de nuestra oración: “Cerca está el Señor de los
que lo invocan”. No hemos dicho que el Señor es, o que está en todas
partes, o que nada se oculta a su mirada; hemos dicho que “está cerca”,
y en la humildad de un adverbio de lugar encerramos la grandeza de Dios, su
clemencia, su misericordia, su piedad, su bondad, su ternura con todas las
criaturas. Por eso su palabra nos dice «buscad al Señor», porque él está
cerca, «invocadlo», porque él es clemente y misericordioso.
No pienses, pues, que Dios es quien invita o manda, y tú
eres el que se ha de poner a la tarea de hacer lo mandado; cuando él te dice, «búscame»,
ya se ha puesto a tu lado para que lo encuentres; cuando te dice, «invócame»,
ya ha entrado en tu corazón para que le hables.
De esta tarea de Dios da testimonio Jesús en el
evangelio, cuando habla de aquel propietario derrochador, “que al amanecer
salió a contratar jornaleros para su viña… salió otra vez a media mañana… salió
de nuevo hacia mediodía y a media tarde… salió al caer la tarde”. Cuando el
propietario dice a los jornaleros: «Id a mi viña», él ya «ha ido» a la plaza donde
estaban los que necesitaban un jornal. Dios busca a quien dar el salario del
día.
El que nos dice: «Buscad», él es el que ya ha
salido a buscarnos; el que nos dice: «Id», él es el que ya ha venido a
nosotros. Y este misterio de gracia, no es algo que sucedió una vez en el
pasado y para otros, sino que es lo que en esta celebración vivimos los
creyentes.
Considera esta Iglesia a la que perteneces. Es una
comunidad de hombres y mujeres que han salido en busca de Dios, invocan al
Señor, piden cumplir en sus vidas la voluntad de Dios; es una comunidad de
creyentes que buscan, invocan y piden, porque han experimentado que “el
Señor está cerca”, que “el Señor es clemente y misericordioso… bueno con todos…
cariñoso con todos”. Aquí buscamos
al que desde siempre nos busca; aquí invocamos al que desde siempre es nuestro
auxilio; pedimos al que por entero se nos ofrece antes de que nada pidamos.
Y ahora piensa en la comunión que vas a hacer: Tú te
acercarás para recibir a Cristo, abrirás los labios como un niño que se dispone
a comer, extenderás la mano como un pobre que espera una limosna; y allí, en
Cristo, hallarás que tu Dios se ha acercado a recibirte, se ha hecho alimento
para tu comida, se ha hecho tesoro para tu necesidad.
Feliz domingo.
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viernes, 19 de septiembre de 2014
Convivencia vocacional de Belalcazar
FELIZ DÍA DE LA IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS DE SAN FRANCISCO DE ASÍS
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lunes, 1 de septiembre de 2014
Enlaces de la Comisión Vocacional de la Orden Franciscana Seglar de España
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Podéis
mandar sugerencias y demás, mil gracias
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Actividades en la Capilla: misas y visitas
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